El cachopo de pollo se ha convertido en una de las variaciones del cachopo más extendidas.
Un ingrediente como el pollo no podía fallar en la evolución de un plato que utiliza filetes como pilar fundamental. Es por eso que su incursión dentro de las variedades era cuestión de tiempo. Ésta es, sin duda, una de las variantes mejor acogidas.
El cachopo de pollo podría ser, por así decirlo, una variante que era sencillo que pudiera surgir, ya que lo que ofrece al comensal es la sustitución de las piezas de carne base.
En este cachopo, se sustituyen los filetes de ternera que envuelven al relleno, por los filetes de pollo, dando un toque diferente a la concepción original. Cierto es que no se trata precisamente de la variedad en la que más riesgo se asuma. Sólo suelen ser modificados los filetes, los ingredientes originales, el queso y el jamón, se mantienen en la receta.
Como singularidad, podríamos hablar de algo que es en este caso fundamental. En este caso no hay elección posible en cuanto a los puntos de la carne. El pollo, como casi todos sabemos, debe estar bien cocinado, y por tanto será completamente descartable el hecho de que se nos sirva poco hecho. Un pollo poco hecho podría transmitirnos bacterias que pueden desencadenar malestares a nivel gastrointestinal.
De otro modo, haciendo alusión a una de las características principales de esta carne, diremos que se trata de un alimento bajo en grasa. De esta forma, utilizaremos una materia prima que no aportará una grasa adicional a un plato que ya de por sí suele ser contundente. El cachopo de pollo de hecho suele tener un tamaño menor al habitual de ternera, y por esto, y por la necesidad de obtener un punto de la carne más hecho, tendrá, en términos generales, una textura en boca no tan suave.
